martes, 29 de abril de 2014

la torre y la higuera


 había una vez, hace mucho tiempo una enorme y orgullosa torre que se enamoró de una higuera. la torre era muy vieja; eran demasiados los años que habían pasado por ella e incontables la de veces que sus campanas habían sonado a todo.

pero un día, recién idas las nieves del invierno, empezó a ver y a sentir como la tierra a su alrededor comenzó a vibrar sutilmente, a abrirse imperceptiblemente y a dejar asomar pequeños brotes de higueras, que fueron creciendo y creciendo con los años, hasta abrazarla como nadie lo había hecho antes, hasta besarla como nunca lo habían sabido hacer los bellos y cantarines pájaros que desde que la hicieron habían amortiguado su soledad y su soberbia.

poco a poco se dejó querer por aquella higuera cariñosa, por aquella higuera que tanto la amaba, y ambas se hicieron eternas y más bellas aún, a pesar de los años, de su ruinoso estado y de la soledad en la que las habían dejado.









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