miércoles, 17 de diciembre de 2014

una mañana llegué a la vida algo desconcertado
no había tenido una gran noche
como siempre
y las tripas me sonaban más que de costumbre
hasta el punto de impedirme oír a mis pájaros
los gorriones que alimento desde hace meses
que vienen a mi ventana cuando me escuchan
que comen cerca de mí
que empiezan a confiar en mi presencia
y en mi voz
que formo parte ya de ellos
y no me huyen

pero esa mañana fue distinta
inolvidable para cualquiera
que tuviera buena cabeza

pero yo ya no recuerdo nada
de lo que pasó
ni por qué empecé a escribir esto

yo ya solo sé vivir presente
ya no proyecto futuro
ni puedo agarrarme al pasado olvidado

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