nunca dejo de ver rostros
en las manchas de humedad
en el cielo
en las heridas de los árboles
en los surcos de la tierra
en el fuego
rostros
siempre rostros
que me inundan
que me saturan
que vuelven incansables a mí
y se quedan conmigo
y los vomito
y los escupo
y los aplasto
y vuelven
regresan con furia
con ganas de seguir siendo
de seguir viviendo en mí
rostros
rostros
deformes
libres
luchadores
repulsivos
mis bichos
como yo los llamo
mis monstruos
mis necesarios rostros del olvido
para no olvidar
para no olvidarlos
para no olvidarme
que no me no olviden
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