la luz se parte como el cristal de las ventanas de los trenes
en una inmensidad de fragmentos
que quedan unidos falsamente
cada uno en su espacio
limitados por abismos microscópicos
hechos de soledad e individualismo insalvable
en una inmensidad de fragmentos
que quedan unidos falsamente
cada uno en su espacio
limitados por abismos microscópicos
hechos de soledad e individualismo insalvable
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