la justa e igualitaria muerte

la muerte nos hace iguales
rompe todas las diferencias
todas la prebendas
que algunos disfrutaron en vida
todas las discriminaciones
todas la injusticias
todas las avaricias
todos los lujos
todas las soberbias

no importa el tamaño ni la pompa de tu tumba
ni las costosas honras fúnebres que te celebren
ni el número de coronas de flores muertas
que acompañen tu féretro
ni las misas catedralíceas que den por tu alma
ese alma que se pudrirá junto a tu carne
como todas las almas
como todas las carnes
y desaparecerá para siempre junto al olvido

cuando estás muerto estás igual de muerto
que el que mora en plena y pelada tierra
o en un simple nicho
rotulado con las iniciales de su nombre
y la fecha en que murió

cuando mueres ya no importan los caros hospitales
donde estuviste para retenerte a la vida
el desorbitado número de médicos que veló tu estancia
los mismos que afortunadamente no pudieron hacer nada por ti
porque tu muerte era la misma muerte de todos
y había decidido acabar contigo como con todos
y ni tu dinero ni tu nombre ni tu cargo podría hacer nada
para convencerla de lo contrario

la muerte
la justa e igualitaria muerte
es la única que nos mira con los mismos ojos a todos