a pocos kilómetros del mar
había un niño que nunca lo había visto
todas las noches
antes de dormir
nadaba sobre la cama
y todas las mañanas
al despertar
volvía a hacerlo
había aprendido a nadar solo
sobre las sábanas blancas
que compartía con su hermano
se sentía preparado
listo
para enfrentarse
a la grandiosidad de cercano
y lejano mar
cuando al fin llegó a él
cuando al fin se vio frente a él
se quedó paralizado
y aterrado
en verdad no sabía nada
nada de nada
nadar no era
lo que había estado haciendo en su cama
el mar no eran sus sábanas
ni las enormes olas sus arrugas
nada tenía en común
con aquella inmensidad
que nunca pudo imaginar
había un niño que nunca lo había visto
todas las noches
antes de dormir
nadaba sobre la cama
y todas las mañanas
al despertar
volvía a hacerlo
había aprendido a nadar solo
sobre las sábanas blancas
que compartía con su hermano
se sentía preparado
listo
para enfrentarse
a la grandiosidad de cercano
y lejano mar
cuando al fin llegó a él
cuando al fin se vio frente a él
se quedó paralizado
y aterrado
en verdad no sabía nada
nada de nada
nadar no era
lo que había estado haciendo en su cama
el mar no eran sus sábanas
ni las enormes olas sus arrugas
nada tenía en común
con aquella inmensidad
que nunca pudo imaginar
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