confieso

confieso
que nada de lo que escribo
o pinto
es mío

confieso
que tengo mis fuentes

confieso
que todo lo plagio
que todo lo encuentro
y que a veces me llega sin buscarlo

confieso
que necesito compartirlo con alguien
que me tortura la  mentira

confieso
que he pecado de pensamiento
obra
y omisión

y que me arrepiento del posible daño
que haya podido causar
a los que confiaron en mí
a las que confiaron en mí

a los verdaderos autores
a las verdaderas autoras

confieso
que nada puede atenuar mi delito
que he sido consciente de todo
y en todo momento
de la gravedad del mismo
que merezco la horca
la silla eléctrica
o el garrote vil
que la privación de libertad física
no me impedirá seguir delinquiendo
que ni la mazmorra más segura
ni la celda más hermética
conseguirá rehabilitarme

confieso
que hasta que no me arranquen el corazón
y se lo den a comer a los cuervos
no conseguirán que deje
de pintar
de escribir

ni de amar