EL HUMO QUE EMPEZÓ A SALIR POR AQUELLA SIMBÓLICA CHIMENEA FUE TODA UNA REVOLUCIÓN EN LA IGLESIA; ERA HUMO VIOLETA.
- ¡HABEMUS MAMAM!- SE OYÓ EN EL BALCÓN DEL VATICANO- ¡HABEMUS MAMAM!.
ALGO HABÍA COMENZADO A CAMBIAR EN LA HERMÉTICA Y ANQUILOSADA IGLESIA.
-¡HABEMUS MAMAM!- GRITABA EN GENTÍO, CON SORPRESA E INCREDULIDAD- ¡HABEMUS MAMAM!.
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