estaba dando voces
desde su azotea
con vistas al infinito
aullaba de dolor
por su dulce luna perdida
sus cuadros gritaban como poseídos
sus poemas lloraban como niños perdidos
todo en él estaba gritando
todo en él estaba buscando
todo en él pedía ayuda
y la única persona que lo escuchó
era demasiado dulce
demasiado comprensiva
demasiado tierna
demasiado amorosa
para hacerle daño
desde su azotea
con vistas al infinito
aullaba de dolor
por su dulce luna perdida
sus cuadros gritaban como poseídos
sus poemas lloraban como niños perdidos
todo en él estaba gritando
todo en él estaba buscando
todo en él pedía ayuda
y la única persona que lo escuchó
era demasiado dulce
demasiado comprensiva
demasiado tierna
demasiado amorosa
para hacerle daño
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