un día ana quiso salir como solía hacer todos los días
pero esta vez se encontró con algo inesperado
insospechable
imprevisible
alguien había tapiado su puerta durante la noche
sintió una tremenda angustia
corrió hacia las ventanas buscando aire
pero las ventanas también estaban tapiadas
estaba presa en su propia casa
y no entendía nada
no podía explicarse la situación
quién o quiénes le habían hecho eso
no recordaba tener enemigos
y si era una broma de su amigos
no tenía ni ninguna gracia
agarró con ansiedad el teléfono de casa
pero no había linea
buscó por todas partes su teléfono móvil
nunca recordaba donde lo dejaba la anoche anterior
esta vez tuvo suerte
y lo halló sobre el sofá
donde se había quedado traspuesta
viendo aquella película tan soporífera
pero no tenía cobertura
empezó a faltarle el aire
no podía respirar
ni pensar
no sabía a quien recurrir
ni qué hacer
intentó relajarse
calmarse
para recobrar cierta lucidez
igual todo era un mal sueño
demasiado real
demasiado cierto
demasiado duro
pero era real
todo era real
no cabía duda
estaba atrapada
en su propia casa
encarcelada en su propio hogar
ya nada de lo que le rodeaba lo sentía acogedor
todo aquel espacio de seguridad
se había convertido
de la noche a la mañana en su prisión
y quizás en su tumba
pero esta vez se encontró con algo inesperado
insospechable
imprevisible
alguien había tapiado su puerta durante la noche
sintió una tremenda angustia
corrió hacia las ventanas buscando aire
pero las ventanas también estaban tapiadas
estaba presa en su propia casa
y no entendía nada
no podía explicarse la situación
quién o quiénes le habían hecho eso
no recordaba tener enemigos
y si era una broma de su amigos
no tenía ni ninguna gracia
agarró con ansiedad el teléfono de casa
pero no había linea
buscó por todas partes su teléfono móvil
nunca recordaba donde lo dejaba la anoche anterior
esta vez tuvo suerte
y lo halló sobre el sofá
donde se había quedado traspuesta
viendo aquella película tan soporífera
pero no tenía cobertura
empezó a faltarle el aire
no podía respirar
ni pensar
no sabía a quien recurrir
ni qué hacer
intentó relajarse
calmarse
para recobrar cierta lucidez
igual todo era un mal sueño
demasiado real
demasiado cierto
demasiado duro
pero era real
todo era real
no cabía duda
estaba atrapada
en su propia casa
encarcelada en su propio hogar
ya nada de lo que le rodeaba lo sentía acogedor
todo aquel espacio de seguridad
se había convertido
de la noche a la mañana en su prisión
y quizás en su tumba
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