había una vez un gallardo n
que a todos y a todas
tuvo engañado
menos a su padre
él se las daba de derecho moderno
de un progre derechito derechito
se codeaba con cantautores de mala vida
bromeaba con artistas de la lucha
y se llevaba a matar con la esperanza
de que volviera a españa franco
su iglesia
su moral
su dolor
y su justicia
a él irá destinada hoy mi poesía bomba
la dejaré como quien no sabe
en uno de los platillos de la balanza
que porta su justicia en una de las manos
concretamente en el platillo derecho
mi poesía tendrá forma de espejito mágico
y cuando este gallardo caballero n
se acerque a contemplarse ese rídiculo bigotito
a peinarse esas pobladas cejas de bruto
y a preguntarle quién es el más hermoso del reino
mi poesía bomba se fragmentará
y se le meterá por la nariz peluda
y por las orejas sordas de tanto impartir injusticias
y los versos fragmentados
se encontrarán en el mismo centro
de su desequilibrada cabeza
hasta hacerle esparcir sus falsos sesos
entre todos los togados
que le acompañan en su miserable misión
de matar y criminalizar la libertad
y convertir la justicia en un producto
destinado al mejor postor
que a todos y a todas
tuvo engañado
menos a su padre
él se las daba de derecho moderno
de un progre derechito derechito
se codeaba con cantautores de mala vida
bromeaba con artistas de la lucha
y se llevaba a matar con la esperanza
de que volviera a españa franco
su iglesia
su moral
su dolor
y su justicia
a él irá destinada hoy mi poesía bomba
la dejaré como quien no sabe
en uno de los platillos de la balanza
que porta su justicia en una de las manos
concretamente en el platillo derecho
mi poesía tendrá forma de espejito mágico
y cuando este gallardo caballero n
se acerque a contemplarse ese rídiculo bigotito
a peinarse esas pobladas cejas de bruto
y a preguntarle quién es el más hermoso del reino
mi poesía bomba se fragmentará
y se le meterá por la nariz peluda
y por las orejas sordas de tanto impartir injusticias
y los versos fragmentados
se encontrarán en el mismo centro
de su desequilibrada cabeza
hasta hacerle esparcir sus falsos sesos
entre todos los togados
que le acompañan en su miserable misión
de matar y criminalizar la libertad
y convertir la justicia en un producto
destinado al mejor postor
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