aquella noche estuvo escuchando el viento desde que agotado se echó en la cama para intentar que al menos descansara su cuerpo, ya que su cabeza seguía despierta desde hacía demasiado tiempo.
aquella noche el viento cambió de dirección a cada instante y le trajo sonidos distantes y diferentes.
pudo oír la lejana música de un lejano pueblo en lejana fiesta
el grito profundo y angustioso de los viejos árboles cercanos
el paso apresurado de las aguas del río que cruzaba su vieja ciudad
el incesante y falto de armonía ruido de los motores de los vehículos y de las fábricas
las historias tristes de la radio de la solitaria vecina
los gemidos placenteros que salían de algunas ventanas indiscretas
los llantos de todos los niños abandonados
los disparos al aire de una policía asustada por la falta de temor de la gente
las sirenas de las ambulancias cargadas de moribundos que nunca llegarían a los hospitales
el temor de las madres primerizas
el desaliento y la muerte lenta e inapreciable de los ancianos olvidados
el dolor fingido de los poetas que lo tienen todo
el recuerdo de la música antigua y rayada de las azoteas
el de los abrazos y los besos de los primeros amores
la angustia de aquella noche en la que se le truncó todo
de aquel día que siguió gris durante años
de aquella vida que dio por terminada sin esperar el final
aquella noche el viento cambió de dirección a cada instante y le trajo sonidos distantes y diferentes.
pudo oír la lejana música de un lejano pueblo en lejana fiesta
el grito profundo y angustioso de los viejos árboles cercanos
el paso apresurado de las aguas del río que cruzaba su vieja ciudad
el incesante y falto de armonía ruido de los motores de los vehículos y de las fábricas
las historias tristes de la radio de la solitaria vecina
los gemidos placenteros que salían de algunas ventanas indiscretas
los llantos de todos los niños abandonados
los disparos al aire de una policía asustada por la falta de temor de la gente
las sirenas de las ambulancias cargadas de moribundos que nunca llegarían a los hospitales
el temor de las madres primerizas
el desaliento y la muerte lenta e inapreciable de los ancianos olvidados
el dolor fingido de los poetas que lo tienen todo
el recuerdo de la música antigua y rayada de las azoteas
el de los abrazos y los besos de los primeros amores
la angustia de aquella noche en la que se le truncó todo
de aquel día que siguió gris durante años
de aquella vida que dio por terminada sin esperar el final
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