jueves, 3 de octubre de 2013

seguiría creyendo

seguiría creyendo
si no fuera tanto desperdicio
tanta estupidez
tanto sinsentido
tanta inutilidad

aunque me gustan las cosas inútiles
aunque me gustan los inútiles
aunque me sienta inútil
y me enorgullezco de ser inútil
y de mi inutilidad
yo no quiero servir para nada
no quiero ser útil
como cualquier cacharro
como cualquier esclavo
como cualquier pieza de engranaje
no quiero engranar en nada que no sea carne
que no sean sentimientos
que no sea dulzura
que no sean besos
no quiero que me engranen
ni me engarcen a nada frío
a nada útil
quiero engarzarme
y engranarme a lo vivo
a lo natural
a lo primitivo
a lo original
detesto la cultura de la esclavitud
la cultura del poder
la cultura de la dependencia
la cultura de la idiotez
la cultura de la libertad amañada
de la libertad enjaulada
de la engreída libertad
que se mueve entre cuatro paredes
que se choca con ellas
y rebota y rebota
sin llegar a ningún sitio
sin conseguir salir por las ventanas
ni las puertas falsas
porque  están cerradas
y sus ventanas pintadas de bonitos paisajes irreales
de viajes alienantes y agotadores
de estancias fingidas y tristes
porque parten de la mayor mentira
de esa mentira en la que nos quieren dejar vivir
y morir
sin explicación
sin salida
con resignación
con una falsa sonrisa de dependienta

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