se negó a amar
amordazó su boca
vendó con crueldad sus pechos
lacró de acero su vientre
arrancó sus ojos
y los tiró a la calle
para que fueran aplastados por la multitud inconsciente
que puebla las aceras
atropellados por automóviles autómatas
ajenos a su decisión
tapió sus puertas y ventanas
selló toda rendija de luz y aire
y se refugió
como siempre había hecho desde niña
en su rincón eterno
aquel que nunca le había protegido
pero que siempre creyó su refugio
su olvido
su vacío
su silencio
su escondite secreto
e invisible
amordazó su boca
vendó con crueldad sus pechos
lacró de acero su vientre
arrancó sus ojos
y los tiró a la calle
para que fueran aplastados por la multitud inconsciente
que puebla las aceras
atropellados por automóviles autómatas
ajenos a su decisión
tapió sus puertas y ventanas
selló toda rendija de luz y aire
y se refugió
como siempre había hecho desde niña
en su rincón eterno
aquel que nunca le había protegido
pero que siempre creyó su refugio
su olvido
su vacío
su silencio
su escondite secreto
e invisible
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