martes, 11 de junio de 2013

no es poesía ni poeNOa; pero se parece a muchas de las que he hecho

sé lo que le impone vomitar; y, aun a pesar de encontrarme mal en el sofá, me levanté rápido a ayudarla. le agarré con una mano el vientre y con la otra le sujeté la frente, es la ayuda que necesita de mí siempre que llega a esta situación, que afortunadamente son pocas. no llegó al váter. comenzó a vomitar sobre el lavabo. lo estaba pasando verdaderamente mal, lo había pasado muy mal durante todo el día; pero vomitar para ella es algo tan desagradable y doloroso que se resistió a ello durante todo el día aun sabiendo que después del vómito se encontraría mejor.
sentí que me estaba mareando. tuve que dejarla sola y me dirigí hacia el salón, buscando el sofá para tenderme y recuperarme.

era extraño que me hubiera dejado sola.él nunca lo hace cuando estoy vomitando. sabe lo que me impone y lo que necesito que me agarre como lo hace. una mano en el vientre y la otra sujetándome la frente. algo le había ocurrido. dejé de vomitar, me lave la boca y la cara como pude y salí  a buscarlo, estaba en la puerta del salón agarrado al quicio, las piernas se le doblaban, lo agarré como pude y lo ayudé a llevarlo hasta el sofá, donde lo senté. me alarmé al verle la cara, no reaccionaba a mis palabras, tenía los ojos vueltos y la boca apretada y estaba inconsciente. una mierda líquida brotaba del pantalón de su pijama, se había cagado encima. me asusté mucho, nunca lo había visto así; le abrí la boca, temí que se hubiera tragado la lengua y comencé a golpearle la cara llamándole. al fin reaccionó; pero no recordaba nada de lo que le había ocurrido desde que me dejó vomitando en el servicio.

la vi delante mía, asustada, me llamaba por mi  nombre y me golpeaba la cara. qué pasa. me dijo que me lo había hecho  encima. me miré y vi una mancha oscura en mi muslo derecho, que creí que era sangre. no era sangre, me había cagado encima, me encontraba mal, aturdido y cagado hasta las trancas de una mierda líquida y espesa, repugnante y pestilente. qué había pasado? no recordaba nada.

solo recuerdo que estaba ayudándola a vomitar, que empecé a sentirme muy mareado y que me dirigí al salón, buscando el sofá para tumbarme; no recuero haber llegado a la puerta, ni recuerdo haber llegado al sofá con su ayuda, ni que me sentará en él, ni cagarme encima como un desvalido. solo recuerdo su cara asustada y su llanto.


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